06 mayo 2007

Hacer danza


Hacer danza hoy en día con toda la vorágine urbana, es una especie de locura y obsesión. Cuando moverse se vuelve vital, más allá de sólo caminar. transportarse, más alla de comer o parpadear. Cuando la danza en sí se vuelve un alimento imprescindible y estás dispuesto a demasiado con tal de obtenerlo... casi patológicamente.
Hacer danza es sentir también el control y el descontrol. El saber que uno se puede dominar, pero que hay momentos en los que el cuerpo se nos escapa y eso también es parte de lo humano. De darse el tiempo para fugarse, para ir-se, en ese movimiento de swing o en ese desequilibrio que propicia la caida.

La danza es la vida misma sintetizada, lo abarca todo, artística y exactamente, emocional y racionalmente... Pero fundamentalmente es vida, vida vertida en un instante continuo de goce.

Es también desgarro si se lo amerita, pero suavizado de belleza, es intensidad cuando hay honestidad, es fuerza humana en acción.

Es péndulo emocional, es ritmo, es silencio, latencia y explosión, es catarsis, es introspección sin pensar.

¿Qué más es danza?